Adelmo Mereslofer se marcha una temporada a la costa de Bedok (Singapur).
Los que le conocen saben los motivos de esta indefinida ausencia.
Al resto, Adelmo les dice que algún día, tarde o temprano, volverá.


Sábado, 9 de marzo de 2013


viernes, 21 de diciembre de 2012

Treinta y cinco

Adelmo intenta razonar de un modo lógico. El sueño le vence. Esta noche, antes de dormirse ya muy tarde, Adelmo piensa en un escenario donde poder atacar la hipótesis de Riemann. Su mente divaga entre la espiral de Teodoro y la espiral de Ulam. El escenario es ridículamente sencillo. Toma una libreta y un lápiz y escribe interminables listas de números primos, una tras otra. Busca patrones dentro de los patrones hasta una fase en la que su mente deja de funcionar con lógica, como un sueño dentro de otro sueño. Es tarde, muy tarde. Sueña con el mar, con la naturaleza. Adelmo corre desnudo entre las hojas de un prado inmenso lleno de fórmulas perfectas. Y la vida continúa.

3 comentarios:

  1. Adelmu paezme a min que ta pa zarrar, ensin ánimu d'ofender, ¿he, ho?

    ResponderEliminar
  2. Hosties, que nun yera asina. Yera "eh, ho". Agora ta meyor.

    ResponderEliminar
  3. Soy matemático desde hace más de 30 años y estoy interesado en sus notas sobre Riemann. Le envío un mensaje para contacto.

    ResponderEliminar